domingo, 27 de octubre de 2013

Cosmovisión Alegórica

¿Qué es una alegoría?

El término alegoría proviene del latín allegorĭa y éste, a su vez, de un vocablo griego.
Fue un recurso estilístico muy usado en la Edad Media y el Barroco; aunque hoy en día sigue utilizándose. La alegoría hace referencia aquella ficción en la cual algo representa o significa otra cosa diferente. A su vez, pretende representar una idea reflejándola en formas humanas, en animales e incluso en forma de objetos cotidianos.
Además, se conoce como alegoría a la obra literaria o artística de sentido alegórico. Una alegoría es, en este sentido, un tema artístico o una figura literaria que permite representar una idea abstracta a través de otras formas, ya sean humanas, animales o de objetos.
Por lo general, los autores utilizan el recurso de la alegoría, para dar un mensaje más allá de lo escrito; algo que ellos están sintiendo o viviendo y no puede ser contado abiertamente.
Por ejemplo, la imagen de una calavera con dos huesos cruzados es una alegoría de la piratería. Por otra parte, una mujer ciega con una balanza representa a la justicia.

Los principales representantes fueron don Marqués de Santillana y Juan de Mena.

Marqués de Santillana

(Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana; Carrión de los Condes, España, 1398-Guadalajara, id., 1458) Poeta y político español. Hijo de Diego Hurtado de Mendoza, se quedó huérfano de padre a los siete años y pasó gran parte de su adolescencia al servicio de la corte aragonesa (1412-1418), donde entró en contacto con poetas catalanes y valencianos, descubrió la lírica trovadoresca y conoció algo de literatura italiana. 

A su vuelta a Castilla, tomó partido a favor de Juan II, por quien luchó en diversas batallas (a raíz de una de las cuales, la de Olmedo, obtuvo el título de marqués de Santillana y conde real de Manzanares), e intervino en la destitución de Álvaro de Luna (1453), contra el cual escribió el Doctrinal de privados. Con la subida al trono de Enrique IV, participó en una última batalla contra los musulmanes y se retiró de la política, tras lo cual se instaló en Guadalajara.

El interés de Santillana por la cultura y los libros se pone de manifiesto con la enorme y valiosa biblioteca que reunió, integrada por una gran variedad de autores y géneros, así como por las traducciones de obras clásicas que encargó y de cuya supervisón se ocupó él mismo.

Su obra literaria es variada y recoge diversas influencias, desde la lírica provenzal y galaicoportuguesa hasta la nueva métrica italiana, que intentó adaptar al castellano un siglo antes de que lo hiciera Juan Boscán en sus Sonetos fechos al itálico modo.

Recogió y estilizó la tradición medieval castellana en sus Canciones y deçires y en las Serranillas, de delicado y fresco estilo, y demostró su conocimiento del folclor popular en la colección en prosa deRefranes que dicen las viejas tras el fuego.

Buen conocedor de las lenguas romances, escribió lo que puede considerarse como el primer texto de historia literaria en España, la Carta Proemio al Condestable Pedro de Portugal, donde se declaraba partidario de un tipo de poesía rica en latinismos y erudición, que Santillana practicó en sus largos poemas de tipo alegórico, que acusan la influencia de Dante y de la tradición medieval francesa (El infierno de los enamorados, Coronación de mosén Jordi de Sant Jordi, etc.).

Escribió también poemas de tipo doctrinal y moral, como el Diálogo de Bías contra Fortuna, sobre el estoicismo, o los Proverbios (1437), pensados para la educación del príncipe, aunque tuvieron una gran difusión.


CANCIÓN

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.

[I]

Recuérdate que padesco
e padesçí
las penas que non meresco,
desque vi
la respuesta non devida
que me diste;
por lo qual mi despedida
fue tan triste.

[II]

Pero no cuydes, señora,
que por esto
te fue ni te sea agora
menos presto;
que de llaga non fingida
me feriste;
así que mi despedida
fue tan triste.

Marqués de Santillana

Juan de Mena
(Córdoba, 1411-Torrelaguna, España, 1456) Escritor español. Perteneciente a una familia noble, estudió en la Universidad de Salamanca y posteriormente en Italia, donde adquirió un buen dominio del latín y descubrió a los autores del primer Renacimiento, a la vez que desempeñó el cargo de cronista y secretario de cartas latinas al servicio de Juan II, rey de Castilla. 
Su obra principal es el Laberinto de Fortuna, también llamado Las trescientas, en referencia al número aproximado de sus estrofas; una de las muestras más logradas de la tendencia alegórico-dantesca surgida en la literatura española del siglo XV, la obra destaca por el empleo del arte mayor, su ritmo sonoro y el lenguaje elocuente y elaborado.

En verso escribió además Lo claro-oscuro, extraña combinación de estrofas dodecasílabas y octosílabas, y otras composiciones de carácter alegórico y moral, como el Razonamiento con la muerte o las Coplas contra los siete pecados capitales.

Como prosista experimentó con una adaptación de laIlíada, que tituló Homero romanceado, comentó laCoronación en honor de su amigo el marqués de Santillana y prologó el Libro de las claras y virtuosas mujeres, de Álvaro de Luna, su protector.

Su prosa es latinizante, tanto en el léxico como en la sintaxis, y acusa una tendencia cultista que se manifiesta también en su obra poética; su obra fue objeto de comentario durante el Renacimiento por parte de los humanistas Hernán Núñez y el Brocense. Enterrado en Torrelaguna, sus restos fueron trasladados a Madrid en el siglo XIX.


Comparación

CVIII »E bien como quando algund malfechor,
al tempo que fazen de otro justicia,
temor de la pena le pone cobdicia
de alli adelante bivir ya mejor,
mas desque passado por el el temor,
vuelve a sus vicios como de primero,
asi me bolvieron a do desespero
desseos que quieren que muera amador. »

Juan de Mena



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